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2024 es el año electoral más importante de la historia. ¿Qué papel desempeña el voto electrónico y hasta qué punto es seguro?


2024 es el año electoral más importante de la historia. ¿Qué papel desempeña el voto electrónico y hasta qué punto es seguro?

 

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En 2024, cerca de la mitad de la población mundial determinará el futuro de sus países en el mayor año electoral de la historia. Entre los ruidosos bastidores de las campañas políticas, los sistemas electorales tendrán la responsabilidad de garantizar unos comicios libres y justos. “El objetivo no es sólo tener un sistema seguro, sino una democracia segura”, explica a ‘Euronews Next (LON:NXT)’ David Dueñas-Cid, profesor asociado de la Universidad Kozminski de Polonia.

En junio, los europeos elegirán su Parlamento basándose en 27 sistemas diferentes y, para entonces, Portugal, Eslovaquia, Macedonia del Norte, Lituania, Islandia y Bélgica ya habrán celebrado elecciones nacionales. Sólo una minoría de estas elecciones utilizará la tecnología en su proceso, ya sea para emitir el voto, contar las papeletas o comprobar las bases de datos de votantes.

“En 1999, la gente hubiera dicho que el futuro es el voto por Internet, pero estamos en 2024 y no son tantos los países que votan por Internet“, afirma Dueñas-Cid. Cree que la tecnología acabará llegando a todas las elecciones, y que “no hay ningún sistema técnico que sea seguro al cien por cien”.

¿Qué es el voto electrónico y quién lo utiliza?

Los países que ensayan el voto electrónico suelen empezar por los ciudadanos que viven en el extranjero porque, en comparación con el voto en papel, la tecnología acelera el recuento, suprime los votos nulos y facilita la emisión del sufragio.

Sin embargo, en 1982, el estado de Kerala, en el sur de la India, puso a prueba el voto electrónico en las elecciones locales. El escrutinio se anuló finalmente y se volvió a emitir en papel por problemas legales, pero hoy en día, la mayor democracia del mundo utiliza ampliamente dispositivos electrónicos, y el voto en papel se limita a las zonas remotas.

La confianza es muy, muy crítica en el voto. La gente no desconfía tanto de la tecnología como de sus gobiernos

Oliver Väärtnõu
Experto estonio en cibernética

En mayo de este año, más de 986 millones de indios elegirán al Parlamento del país utilizando máquinas de votación electrónicas de registro directo (DRE) en los colegios electorales, que registran los votos inmediatamente, no están conectadas a Internet e imprimen recibos.

Aunque en el pasado se ha cuestionado la fiabilidad de los DRE, son el sistema electrónico más utilizado, según el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral.

Para Oliver Väärtnõu, Consejero Delegado de la empresa tecnológica Cybernetica, el uso de máquinas de voto electrónico es un paso hacia el voto por Internet, que puede hacerse en línea, en cualquier dispositivo y desde cualquier lugar. Su país, Estonia, es pionero en la votación en línea desde 2005.

“Tenemos el método de votación más avanzado del mundo con el voto por Internet, y la forma más común o arcaica, con el voto en papel”, afirma Väärtnõu, cuya empresa diseñó el software i-Voting de Estonia.

¿Es seguro el voto por Internet?

“No es un sistema que se construye una vez y se deja diez años”, explica Väärtnõu a Euronews Next. “Estonia trabaja constantemente en la mejora de su voto por Internet. Estamos modificando el software, estudiando la seguridad, evaluando lo que ocurre en el mundo y comprobando si afecta a nuestra solución de voto por Internet”, añadió.

En 2022, Estonia destinó 30 millones de euros a los sistemas estatales de información digital y, a día de hoy, el país nunca ha detectado malware ni vulnerabilidades durante las elecciones. Pero otros países no pueden decir lo mismo.

Algunas zonas de Suiza adoptaron el voto por Internet en 2004. Quince años después, las pruebas públicas descubrieron fallos en un software actualizado, y el despliegue del voto por Internet se detuvo hasta marzo de 2023.

“El fallo detectado afecta a la implementación de la verificabilidad universal, una forma de determinar mediante pruebas matemáticas si los votos han sido manipulados”, explicaron las autoridades cuando los piratas informáticos detectaron el punto débil. En la actualidad, los algoritmos criptográficos (utilizados para el cifrado y la autenticación) se encargan de garantizar que los votos no se modifiquen sin que nadie se dé cuenta, y los códigos fuente de las votaciones por Internet están a disposición del público.

Pero entre los defectos del voto por Internet figuran también la emisión del voto en un entorno coercitivo y el conflicto de intereses entre los desarrolladores del software y el organismo electoral del gobierno. Para los expertos, todo se reduce a la misma preocupación: la confianza. “La confianza es muy, muy crítica en el voto. La gente no desconfía tanto de la tecnología como de sus gobiernos”, afirma el ciberexperto estonio Väärtnõu.

El futuro del voto

Aun así, algunos países con un historial democrático cuestionable están cambiando al voto electrónico. En unas elecciones en las que no queda ningún contrincante significativo”, algunos rusos podrán elegir por primera vez a su presidente mediante un sistema electrónico a mediados de marzo, mientras que Turquía, que celebró unas elecciones “libres pero no justas” el pasado marzo según los observadores internacionales, ha anunciado que ha desarrollado sus propias máquinas DRE.

La tecnología es cada vez más relevante, y tenemos que ser muy conscientes no sólo de la potencialidad que puede aportar, sino también de los posibles problemas que puede acarrear

Dr David Dueñas-Cid
Profesor asociado de la universidad polaca de, Kozminski

Otros países como Noruega y México -que permitirá el voto electrónico en las próximas elecciones presidenciales de junio de 2024 para los ciudadanos residentes en el extranjero- también están estudiando la integración de esta tecnología en las elecciones. A todos los países que hagan el cambio, la experta Dueñas-Cid recomienda “tomárselo con calma”.

Pasar al voto electrónico es difícil: algunos partidos políticos creen que la tecnología puede afectar a las formas de votar y cambiar las dinámicas de poder, mientras que cambiar los hábitos electorales es complicado porque la gente está muy acostumbrada al sistema vigente, según la experta.

El año pasado, por primera vez, algo más de la mitad de los estonios emitieron su voto por Internet, pero tuvieron que pasar casi treinta años para que poco más de 300.000 ciudadanos utilizaran la red en las elecciones (Estonia tiene 1,3 millones de habitantes, de los que aproximadamente la mitad están registrados para votar).

En 2000, George W Bush ganó las elecciones presidenciales estadounidenses a Al Gore gracias a una ventaja extremadamente pequeña en Florida. Para complicar aún más las cosas, algunos condados del estado tuvieron problemas con el recuento de papeletas perforadas. Tras el percance, en 2002 se introdujo la ley Help America Vote Act para que todo el país pudiera actualizar la tecnología electoral.

El uso de votos en papel escaneados electrónicamente (con papeletas marcadas a mano) y de DRE (sin recibos en papel) se disparó a principios de la década de 2000, según la Verified Voting Foundation, que estudia el impacto de la tecnología en las elecciones estadounidenses.

Unos 15 años más tarde, el papel regresó, y los DRE se consideraron inseguros porque no ofrecían comprobantes en papel. En la actualidad, el país utiliza diversos métodos, con predominio de las papeletas marcadas a mano. Sin embargo, el futuro del voto sigue siendo incierto.

“¿Vamos a digitalizar todo el proceso de votación? ¿Vamos a mantener las papeletas de papel pero digitalizar el resto?”, se preguntó Dueñas-Cid. “Vamos a ver, no lo sé, pero lo que seguro que está ocurriendo es que la tecnología es cada vez más relevante, y tenemos que ser muy conscientes no sólo de la potencialidad que puede aportar, sino también de los posibles problemas que puede acarrear”.

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