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Carrera para gobernar Ciudad de México se estrecha por un tema inesperado: el agua

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Camiones con agua proveen a las casas en un barrio de Iztapalapa, en medio de las tensiones por la escasez del recurso en Ciudad de México. Marzo 14, 2024. REUTERS/Henry Romero

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Por Diego Oré

CIUDAD DE MÉXICO, 15 mar (Reuters) – Hace apenas unos meses, las encuestas mostraban que las elecciones de junio para escoger al próximo gobernante de la capital mexicana parecían decididas a favor de la candidata del oficialismo, asegurando el predominio de la izquierda en una de las ciudades más pobladas y ricas de América.

Sin embargo, la severa sequía que afecta a gran parte de México, y que ha generado una escasez de agua sin precedentes en Ciudad de México, está modificando la intención de voto, según encuestas internas que muestran al candidato de la alianza opositora, Santiago Taboada, acercándose peligrosamente a la abanderada del oficialismo, Clara Brugada.

En noviembre, Brugada, una economista y política de 60 años, tenía una intención de voto del 47% mientras que Taboada, de 38 años, cosechaba el 34%, según un sondeo del diario El Financiero. A principios de marzo, la distancia entre ambos se había acortado a ocho puntos porcentuales. En un lejano tercer lugar con el 7% aparece Salomón Chertorisvki, del progresista Movimiento Ciudadano (MC).

“Hay temor”, dijo una fuente que trabaja en el comando de campaña de Brugada y que solicitó el anonimato. “En algunas encuestas internas ya nos están pisando los talones. El problema del agua nos está pasando factura”, agregó, especificando que la diferencia se redujo a menos de cinco puntos porcentuales en febrero desde una distancia de dos dígitos a fines de 2023.

Los portavoces de Brugada y Taboada no respondieron de inmediato a solicitudes de comentarios.

Desde 1997, cuando por primera vez se eligió a través del voto popular al jefe de gobierno capitalino, la urbe con mayor importancia política y económica del país ha sido gobernada por la izquierda: el gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Pero casi 30 años de tradición podrían irse por la borda el 2 de junio si es que Taboada, un exalcalde de una de las demarcaciones territoriales capitalinas, logra capitalizar el descontento popular por la escasez de agua, un problema de larga data, pero que ha empeorado en los últimos años con los efectos acelerados del cambio climático.

Ciudad de México es el corazón económico y político del país y el cargo de alcalde es uno de los puestos más importantes, así como un trampolín para una futura candidatura presidencial, como lo fue para el actual mandatario, Andrés Manuel López Obrador, y para la candidata del oficialismo que aspira a sucederlo, Claudia Sheinbaum.

Una derrota de Morena sería un duro golpe para el partido que ha sido un gigante electoral en los últimos años, ganando la presidencia y 22 de 32 gobernaciones.

Conscientes de la importancia del tema, los tres candidatos han tratado de sacarle provecho.

Brugada aseguró que “es mentira” que la ciudad se vaya a quedar sin agua y que el tema se ha convertido en un “botín político”, mientras Taboada dijo que la escasez de agua se debe a 27 años de desatención y falta de nueva infraestructura y exigió a López Obrador asumir su responsabilidad en el problema ya que “no hizo nada” cuando fue alcalde capitalino, entre 2000 y 2005.

En febrero, por primera vez la escasez de agua desplazó a la inseguridad como la principal preocupación de los casi 10 millones de residentes de Ciudad de México. En mayo de 2023, apenas el 13% lo consideraba como un problema a resolver, pero en febrero de este año el porcentaje saltó hasta el 41%, según una encuesta de la firma Áragon a la que Reuters tuvo acceso.

“Yo pensaba votar por Morena, pero ellos son los responsables de que ahora no tengamos agua”, dijo Martín Juárez, un residente de Iztapalapa, una de las 16 delegaciones de la capital, que fue gobernada por Brugada entre 2009 y 2012 y nuevamente de 2021 hasta fines del año pasado, cuando abandonó el cargo para tentar suerte como alcaldesa de Ciudad de México.

“CADA VEZ MAYOR”

El creciente papel del agua -o la falta de ella- en las decisiones de los votantes es una ventana potencial hacia el futuro político de México, ya que se espera que el cambio climático traiga peores sequías al norte industrial del país y a la Ciudad de México.

El Sistema Cutzamala, integrado por tres represas y que suministra el 25% del agua que se consume en la capital y en casi la mitad del contiguo Estado de México, está en mínimos históricos del 40% de su capacidad y, de seguir decreciendo, las autoridades han advertido que cortarían el suministro a fines de junio cuando alcanzaría el volumen mínimo de operación.

La temporada de lluvias en México inicia a mediados de mayo y se extiende hasta noviembre, pero 2023 fue el año más seco y caluroso desde la década de 1940, según cifras oficiales, lo que ha impedido que la mayoría de las presas del país se recuperen.

En décadas recientes las sequías se han intensificado, principalmente en el norte y centro de México, donde se concentra la mayoría de los 126 millones de habitantes del país.

Las sequías tienen múltiples causas interconectadas que incluyen el cambio climático, crecimiento poblacional, sobreexplotación del agua y deforestación. Algunos especialistas agregan a esos factores el abandono institucional y la corrupción.

“La crisis del agua va siendo cada vez mayor”, dijo Gibrán Ramírez, miembro fundador de Morena y analista político que ahora representa a MC. “Sin duda alguna que va a ser un tema en las elecciones (de junio) y va a afectar de manera variada”, agregó.

Las zonas más populares de la capital, donde Morena concentra su fuerza electoral, están siendo más castigadas por la escasez de agua porque deben incurrir en gastos adicionales para comprar el líquido en camiones cisterna o embotellado y, además, deben madrugar para recolectarlo.

Ramírez aseguró que la escasez de agua incluso está golpeando la popularidad de López Obrador, quien desde septiembre del año pasado ha perdido casi seis puntos porcentuales hasta llegar al 54.2% de aprobación el jueves, según un sondeo diario de Consulta Mitofsky.

Sin embargo, el analista político agregó que es poco probable que quienes se identifican con Morena vayan a votar en contra de Sheinbaum, aunque podrían no acudir a votar el día de la elección, lo que influiría en los resultados para el Congreso, donde el oficialismo busca la mayoría calificada para profundizar su proyecto de nación sin los votos opositores.

“Los costos pueden ser grandes”, agregó Ramírez.

(Reporte de Diego Oré; Editado por Ana Isabel Martínez y Stephen Eisenhammer)

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