General

El líder exgolpista haitiano Guy Philippe exige dimisión de primer ministro, quiere la presidencia


La policía patrulla una calle después de que las autoridades prorrogaran el estado de emergencia en medio de la violencia de bandas que ha amenazado con derribar el gobierno, obligando a miles de personas a huir de sus hogares, en Puerto Príncipe, Hait

Por Stephen Eisenhammer

CIUDAD DE MÉXICO, 8 mar (Reuters) – Guy Philippe, quien ayudó a liderar un golpe de Estado en Haití en 2004 y regresó a la isla caribeña el año pasado tras cumplir una condena de prisión en Estados Unidos, exigió el viernes la dimisión del primer ministro del país y dijo que quería convertirse en presidente.

Meses de violencia han llevado al gobierno de Haití al borde del colapso, con bandas cada vez más poderosas que exigen la dimisión del primer ministro Ariel Henry, que permanece fuera del país, aparentemente incapaz o no dispuesto a regresar.

“Debería dimitir”, dijo Philippe, exjefe de policía de 56 años, en una entrevista con Reuters a través de Zoom desde Haití. “Creo que debería quedarse donde está ahora (…) y dejar que los haitianos decidan su destino”.

El portavoz de Henry no respondió inmediatamente a una petición de comentarios.

Henry abandonó Haití la semana pasada para asegurarse el liderazgo de Kenia para una misión de seguridad respaldada por la ONU que lleva mucho tiempo retrasada y que solicitó por primera vez en 2022 para ayudar a luchar contra las bandas. Se cree que sigue en Puerto Rico, donde llegó el martes.

El gobierno prorrogó el jueves el estado de emergencia en la capital, Puerto Príncipe, debido a que la violencia obligó a miles de personas a abandonar sus hogares y a cerrar el principal aeropuerto.

Las autoridades anunciaron por primera vez el estado de emergencia el domingo, después de que bandas armadas sacaron de la cárcel a miles de reclusos.

El Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, instó el jueves a Henry a apoyar una transición política en el país, donde el sistema sanitario está al borde del colapso, los niños no pueden ir a la escuela y miles han sido asesinados, secuestrados o expulsados de sus hogares. Ha habido informes generalizados de violaciones y torturas a manos de las bandas.

En 2004, Philippe fue uno de los principales líderes del derrocamiento del presidente Jean-Bertrand Aristide. En 2006 fracasó en su intento de presentarse a las elecciones presidenciales, antes de ganar un escaño en el Senado en 2016, aunque fue detenido y extraditado a Estados Unidos antes de poder jurar su cargo.

Philippe fue deportado de Estados Unidos a Haití en noviembre, tras cumplir seis años de condena por blanqueo de dinero procedente del narcotráfico.

Afirmó que su condena no se interpondría en su futuro político, citando las experiencias del exdirigente sudafricano Nelson Mandela, el exlíder venezolano Hugo Chávez y el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

A la pregunta de si quería ser presidente, Philippe respondió: “¡Sí! Me voy a dedicar a la política. Fui senador, he sido elegido por mi pueblo, iré de nuevo a las elecciones”.

“Mandela estuvo en la cárcel, Hugo Chávez estuvo en la cárcel, Lula estuvo en la cárcel (…) y por eso, si mi pueblo cree y confía en mí, seré su líder”, afirmó.

Desde su regreso a Haití, Philippe ha recorrido el país recabando apoyos y pidiendo la dimisión del gobierno.

En un informe de febrero, la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, con sede en Ginebra, mencionaba a Philippe como una figura importante entre los “hombres fuertes de Haití que se sitúan en la línea divisoria entre los líderes parapoliciales y los jefes políticos, acumulando un poder considerable”.

Philippe afirmó que su reciente regreso al país significaba que no tenía conexiones profundas con las bandas y que no estaba detrás de la violencia de las bandas.

Pero dijo que había algunos miembros de las bandas que le apoyaban porque les gusta lo que dice.

“Les gusta mi discurso, y algunos quieren seguirme”, dijo.

No criticó a las bandas y dijo que, si llega al poder, intentaría aplicar una amnistía a sus líderes.

“¿Quién es peor? El que está en la calle con las armas o los que están en los despachos y se hacen llamar primer ministro, presidente, ministros (…) que están robando todo lo que tiene este país”, dijo.

En los últimos meses, se ha visto a Philippe en actos públicos defendido por miembros de la BSAP, una unidad de policía medioambiental que, según los analistas de seguridad, se ha convertido en la práctica en un grupo paramilitar.

Philippe dijo que la protección procedía de agentes individuales que creían en su mensaje y querían protegerle.

Subrayó que trataría de equiparar las relaciones de su país con potencias como Estados Unidos, Francia y Canadá, y criticó el respaldo internacional que, según él, ha mantenido a Henry en el poder.

“Si Haití está donde está ahora, es en parte gracias a ellos”, dijo. “No somos enemigos, no odiamos a Estados Unidos, no odiamos a Francia ni a Canadá (…) Sabemos que necesitamos su ayuda, sabemos que Haití es un país pobre, pero al menos nos gustaría recibir esta ayuda con dignidad”.

A la pregunta de si cree que habrá una guerra civil en Haití, como advirtió esta semana el líder de una banda, Philippe respondió: “No (…) Sé que los estadounidenses que están decidiendo todo aquí serán lo suficientemente sabios como para entender que los haitianos quieren algún tipo de cambio”.

(Reporte de Stephen Eisenhammer, reporte adicional de Sarah Morland, Editado en Español por Ricardo Figueroa)

Fuente

Related Articles

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Back to top button